QUIERO SERLO TODO AL MISMO TIEMPO
Claramente no tenemos mil vidas ni una forma de regresar a un punto de guardado como en los videojuegos, y con ello, tenemos que tomar decisiones muy difíciles que terminan por ser una ruleta de posibilidades como si apostáramos con nuestra vida.
¿Qué vas a estudiar? ¿A que te vas a dedicar? ¿Qué vas a hacer con tu vida? Esas son las preguntas que nos persiguen mientras intentamos encontrarnos, así que hablemos de nuestras opciones…
¿EL CAMINO DE LA FELICIDAD?
El que todos te dicen que no sigas, sin embargo es el que terminas tomando, en el que te dicen que si algo te apasiona, que si eres bueno para algo, es mejor que lo sigas sin importar que no te de dinero o sea útil y mucho menos te dará un estatus socioeconómico, pero tu lo vas a seguir haciendo porque te gusta. Claro que en teoría es bello, pero cuando miramos a los riesgos se vuelve más. . . complicado.
Todo el riesgo de este se basa en que somos personas en constante cambio, ¿Entonces que pasa si un día eso simplemente deja de parecerte suficiente o deja de ser atractivo? ¿Lo vas a dejar? ¿Intentarás que te guste de nuevo? El punto es que en algún momento lo que estás haciendo ya no lo vas a hacer igual, así que probablemente tomarás tus cosas y te retirarás.
El segundo camino es distinto…
EL CAMINO DE LA FUNCIÓN
Es probablemente el camino que más recomiendan seguir, por la seguridad que provee.
Es un camino tan aceptado y que parece tan fácil por el simple hecho de que “estás haciendo algo que sirve”, es estable, es seguro y te da un lugar exacto en el mundo. Porque al final, es el camino que da más felicidad externa.
Y muy parecido al camino de la felicidad, es un camino que tarde o temprano deja un vacío interno, ya que en gran parte, todas las personas que siguen este camino parecen máquinas que no se detienen, ¿Eso es todo lo que hay en la vida?
EL CAMINO DE LA PAZ
Es como esa filosofía de no vivir corriendo, persiguiendo ni tratando de demostrarle algo a alguien, sino, actuando por felicidad propia.
Podríamos decir que es un poco parecido al primer camino pero pareciera ser más utópico, es como si fuera un estilo de vida de simplemente existir y estar feliz con tu propia existencia. Vivir bien con lo que eres y básicamente encontrar algo que no te destruya. Es un camino más libre, y como dije, somos seres cambiantes así que si quieres un día ser un fotógrafo y después un contador puedes serlo ya que es tu esencia.
El problema con esto es que no es cumplible para cualquier persona, de hecho, solamente es cumplible si probablemente tengas un estatus económico bueno, sin ninguna obligación o si por alguna razón no tuvieras que hacerte cargo de ninguna cosa. Porque siendo realistas, en la vida común de cualquier persona, casi nadie puede darse el privilegio de ser lo que quiera, cuando quiera y donde quiera sin ninguna consecuencia.
Aunque de igual forma el mayor dilema que hay actualmente es si realmente la paz que nos pintan es una paz, porque, si, somos personas libres que pueden elegir lo que quieren comer, vestir, ejercer, ver y consumir, pero dentro de este mismo camino de complejas decisiones es donde se encuentra el mayor problema de todo: elegir no solo un camino, sino tener la valentía para descartar el resto de caminos que pudiste haber tomado.
EL MAYOR DILEMA
Llega cuando estamos en un mundo en que tantas personas quieren hacer tantas cosas al mismo tiempo, ¿Cómo se supone que uno elija lo correcto sin arrepentirse al final? O de otra forma, ¿Cómo se supone que podemos seguir adelante sin volver al punto donde una decisión lo cambió todo por completo? Jean Paul Sartre decía:
De alguna forma estamos condenados a ser libres
y tiene mucho sentido porque realmente en la vida no tenemos un destino escrito, no hay un manual, no hay una vida correcta y mucho menos un camino exacto. Y aunque existiera un manual, si lo siguiéramos paso a paso seguiría siendo igual de insatisfactorio.
Lo único que hay realmente es esta responsabilidad absurda de tener que escoger en menos de veinte años quien quieres ser y a donde quieres llegar, incluso inventarte a ti mismo y convencerte de realmente quien quieres ser. Y eso da mucho miedo.
Muchas veces nos han plantado que la libertad es crecer y creer que uno puede hacer lo que quiera en cualquier momento, pero realmente esa misma libertad esta condenada a una privación de todas las cosas, no solo que hiciste, sino las consecuencias de lo que no hiciste. Porque quieres ser muchas cosas, pero realmente no tienes ni el tiempo ni la disposición para poder hacerlas todas.
PORQUE LO QUIERES TODO
Quieres dejar una huella, quieres vivir una vida tranquila, quieres hacer todo lo que te apasiona de la noche a la mañana.
Todas las posibilidades que puedes encontrar en tu vida tienen pros y contras. Todo futuro tiene consecuencias buenas, pero también consecuencias malas que pueden llegar muy pronto o muy tarde. Y si en este millón de posibilidades tuviste la suerte de escoger la opción menos mala de todas o al menos la mejor que te pudo tocar, prepárate para enfrentarte con las miles de millones de personas que también tuvieron la misma suerte.
Pero entonces. . .
¿QUE SE SUPONE QUE TENGO QUE DECIDIR?
Si se supone que la felicidad no es el propósito, pero el propósito esta en encontrarse con el ser a través del otro, pero el otro no puede ser libre porque esta condenado a si mismo, pero a la vez a los demás, mismos que tienen esta necesidad, pero esta parte del mundo nos dice que trabajemos para vivir y vivamos para trabajar.
Entonces, ¿Para quién estamos escogiendo? ¿Para nosotros? ¿Para cumplir las expectativas o solamente para tener a quien culpar después? En un mundo que cambia todos los días, ¿Cómo no vamos a cambiar nosotros? Cada día nos empuja a transformarnos, a probar algo nuevo, a cuestionar lo que sabíamos, y con cada una de esas pequeñas transformaciones empezaron a cambiar nuestros sueños.
¿Cómo se supone que uno elija bien cuando uno mismo no para de cambiar? por eso, en un mundo como este, lo que más cuesta es decidir, porque no solamente estas escogiendo una cosa, sino que estas dejando atrás todas las demás oportunidades que también tuviste para ser otra persona. Te gustan tantas cosas y eres bueno en muchas otras, pero realmente no amas tanto ninguna como para casarte con ella.
No sabemos a donde podemos llegar, sabemos que tenemos potencial, pero igualmente seguimos soñando.
Por más que cueste decidir, seguimos soñando
Y a veces se sueño no es tan enorme. A veces se manifiesta en cosas mínimas, en aprender algo sin razón, en escribir aunque nadie lo lea, en cambiar de carrera aunque te de miedo lo que viene, en atreverte a elegir con lo poco que sabes. Lo haces, igualmente lo decides porque aunque sea con duda alguien tiene que hacerlo. Y es que incluso aunque tuviéramos mil vidas, igual todas terminan.
Y al final, todo lo que queda de esas vidas no es la suma de lo que pudimos ser, es el rastro que dejamos que, aunque no fuese suficiente, seguiría existiendo.
¡Hasta la próxima edición!